Hay que inculcar a los niños desde pequeños los hábitos de higiene que deben
seguir a diario. Esto no solo mejorará su salud reduciendo el riesgo a
enfermar, sino que también incidirá en su desarrollo haciendo que el
pequeño sea más organizado, cuidadoso y autoexigente consigo mismo.
Además, aprenderán a preocuparse más por su apariencia personal y su
salud, ganando en autonomía, autodisciplina y voluntad. También
es un ejercicio estupendo para entrenar la constancia y el esfuerzo
personal en la formación de hábitos y el cumplimiento de metas
personales.
Estos son los cinco hábitos de aseo obligatorios
1. Cepillarse y mantener limpio el cabello
El cabello, al igual que el resto de la piel, se ensucia con mucha
facilidad debido al polvo del ambiente y las secreciones del cuero
cabelludo. Por eso, es importante lavarlo con frecuencia y cepillarlo
diariamente para estimular la salud capilar y mejorar su aspecto. Se
trata de unos de los hábitos de aseo diarios más elementales que el
niño deberá aprender tan pronto como adquiera las habilidades motoras
básicas.
2. Cepillarse los dientes
Introducir el hábito del cepillado dental a edades tempranas es vital
para garantizar una óptima salud bucal en el niño. De hecho, es la única
manera para prevenir muchas de las enfermedades dentales como las
caries, la halitosis y algunos problemas en las encías. Lo ideal
es que a partir de los 3 años ellos solos sean capaces de cepillarse
los dientes, aunque durante los primeros meses necesitarán la revisión
constante del adulto. Es importante que realicen el cepillado
desde las encías hasta los dientes, de manera circular y sin ejercer
demasiada presión para no dañar el esmalte dental. Este ejercicio
deberán repetirlo después de cada comida y antes de irse a la cama
3. Lavarse las manos
Se trata de unos de los hábitos de higiene diarios más
importantes pues basta para prevenir enfermedades como la tuberculosis,
la neumonía, el cólera, la influenza y las infecciones gripales.
Ten en cuenta que las manos son la principal herramienta de trabajo de
los niños por lo que es usual que las pasen por superficies contaminadas
y luego, cuando se las llevan a la boca o a los ojos, trasladan en
ellas las partículas infecciosas que pueden enfermarlos. Por eso, cuanto antes le
enseñes a lavarse bien las manos, mejor. Eso sí, es importante que aprendan a lavárselas durante al menos 30 segundos, sobre todo después de jugar, ir al baño, toser o tocar superficies sucias
4. Limpiarse y cortarse las uñas
Mantener las uñas bien cortas y limpias es una garantía de salud.
Básicamente, debajo de las uñas se acumulan las bacterias y virus
procedentes de las superficies que los niños tocan constantemente. Por
eso, mientras más cortas, menos probabilidades habrá de que alberguen
suciedad
5. Ducharse
Probablemente se trata del hábito de higiene diario más importante ya
que mientras el niño se ducha, elimina de su piel los restos de suciedad
e infección. Ten en cuenta que la piel está expuesta todo el
día a los agentes contaminantes del entorno, a las superficies sucias y a
las secreciones que ella misma produce, como el sudor y la grasa
corporal